X Niño huacho de curicó-conce
Recientemente se ha publicado en los medios el manifiesto de historiadores de chile: Revolución anti-neoliberal social/estudiantil en Chile, el cual posee un análisis del actual movimiento estudiantil y sus alcances en la lucha social que se aproximaría a gestarse en este territorio. Este manifiesto fue firmado por los rockstars de la historia social chilena, vivieron la dictadura, algunos eran jóvenes para la reforma educacional de los 60’s, de ahí que entienda su nostalgia y su afán de querer ligar históricamente el actual movimiento con aquellas generaciones “Es el renacimiento, en la nueva generación, del sueño y voluntad de sus padres de fundar una sociedad basada en la democracia, la justicia social y los derechos humanos fundamentales, de los que la educación es uno de sus campos más fértiles”. Sin embargo esto me ha parecido exagerado, de ahí que me proponga criticar este manifiesto, el cual en su análisis no me representa política ni históricamente, lo escribo en solitario ya que no quiero aunar mi opinión con la de los demás sino más bien compartirla, no creo en los pactos sociales ni menos en la recuperación de una política para la ciudadanía, ellos son los rockstars y de antemano deberían saber de donde proviene el concepto de ciudadano, su afán normativizador y patriarcal de la edad antigua, el ciudadano era aquel que poseía participación en la vida pública, el padre, poder opinar en público, mientras las mujeres eran relegadas a un nivel accesorio de la llamada ciudadanía, hoy en día este concepto ha servido para amortiguar-criminalizar la lucha social de los que verdaderamente tenemos memoria y sabemos a lo que nos enfrentamos, en definitiva, los que entendemos al Estado cómo la génesis, el medio y el fin de toda opresión-represión hacia nuestra libertad, y no aquellos que a instancias de la radicalidad reculan hacia atrás transando con el estado y sus lógicas cómo lo hace actualmente la Confech, y los que proponen asambleas constituyentes, votaciones, etc. En suma, un aprovechamiento político de las viejas generaciones izquierdosas reformistas que ven en el estado la estructura de poder a conquistar. Mis padres no participaron políticamente en los 60’s 70’s u 80’s, de hecho no sé si tenían conciencia social, tampoco conocí a mi padre, de eso sabe bien Gabriel Salazar en su “Ser niño huacho en la historia de chile”, pues de esos soy, pero no del siglo XIX, sino que en pleno siglo XX, tal cómo apuntara el intendente UDI de la región del Biobío Victor Lobos recientemente, queriendo explicar medievalmente el odio juvenil en las protestas callejeras. Tampoco quiero retomar la hebra rota por la dictadura, no creo en la educación pública, cómo muchos que conozco, sabemos que la educación recae en manos del estado para asistir al obrero de inicios del siglo XX y acabar con su poder de autoorganización y autoeducación, con esas generaciones me identifico más, cuando el estado no tenía su actual poder, poder nutrido tanto por comunistas como por fascistas, donde el ciudadano no existía como creatura facilitada desde el poder, cuando habían sociedades de resistencia y no un sindicalismo mediocre a cargo de dirigentes pagados y alianzados con partidos políticos de intereses propios, es así pues que la educación pública nace, es y será para interferir con los intereses del pueblo, alienarlo, amoldarlo, cuantificarlo, cualificarlo, estructurarlo, normativizarlo, controlarlo y matarlo, sí, matarlo, porque el estado que te educa también te matará si te alzas, sea gobierno de izquierda o derecha, y de paso recuerdo con esto a los compañeros de la VOP, aquellos que la historia social no nombra hoy o si los nombra, los recuerdan como locos pistoleros o parte de un complot armado por la CIA para desequilibrar al gobierno de Allende, pues no, aquí los recuerdo, como poblador, como pato malo, punga o flaite, da igual, pero nunca ciudadanos de este orden ni cualquiera que sea impuesto a manos de un estado, la VOP eran expopiadores, vindicadores del asesino Pérez Zujovic, aquel ministro de Frei Montalva que asesinó a flaites pobladores de pampa Irigoyen y que Allende avaló o fácilmente olvidó. Por lo tanto reconozco la fuerza callejera que están teniendo las nuevas generaciones, nos estamos reencontrando en las calles con viejas generaciones, pero que de ninguna manera desean replicar un fetiche histórico, no veo que se defiendan los conceptos de ciudadanía ni de paz, no repetimos dichos conceptos haciéndoles el juego a los mass medias y al gobierno, luchadores y punto, con todas las formas, pero en lucha siempre. Quizás en los círculos que ustedes se mueven se esté hablando de ello, en la calle, en la noche, tras una polera, NO.
Lo importante de este manifiesto radica en el notorio despertar del frustrado proyecto estatal allendista, no me refiero a la construcción de poder popular, este último se está retomando en las calles y en las poblaciones, allí nos vemos las caras y discutimos al calor de, no desde un cómodo escritorio y sobre la autoridad de una disciplina que por lo visto cae en las prácticas tan criticadas de los historiadores conservadores, pavimentando el proyecto político de su preferencia por encima de la voz aún no manifestada del pueblo en su conjunto, proyectando, visualizando, adivinando, cayendo en un idealismo lógico que desconoce aquello que se escapa a nuestras conciencias, lo que está más allá de nuestros análisis, en suma, lo caótico e inverosímil de la historia.
Lo que estos historiadores denominan…Lo que está en juego y que hoy se encarna en este movimiento, es el “proyecto y pacto social educativo republicano/democrático” chileno, como principio ético-político de igualdad social”. No nos interesa para nada, como dijeron por ahí, no seremos responsables de sus pactos ni sus migajas, seguiremos luchando por el todo, la libertad, todo pacto aniquila la libertad de alguien, las repúblicas (cosa pública) evocan en la existencia del estado y preferimos la aniquilación del estado como puntapié inicial para la vida en dignidad, la democracia significa la decisión de la mayoría por encima de las minorías, cosa que no es sinónimo de igualdad social, y chileno? Porfavor señores rockstars, no sean ridículos, Chile es un nombre de sangre, chile es de ellos, de los constructores de este estado asesino, no defendemos la libertad de un proyecto chileno enfronterizado, porque tampoco soy peruano ni boliviano, somos pueblo señores, luchadores.
Por último me quiero referir al antojadizo uso del concepto anarquía para denominar al desorden del capitalismo pre-gobierno allendista, donde supuestamente se le puso atajo, ustedes son historiadores sociales, politizados o no? ¿Cómo es posible que utilicen este concepto que reviste una basta historia de lucha y organización para denominar desorden y más aún capitalista? ¿Qué pasó señor Grez? ¿Se le olvidaron sus estudios sobre la construcción del movimiento obrero en chile y el marcado protagonismo del anarquismo como postura política y social de acción emancipadora? Sí alguna vez por estos lados del territorio se organizó un congreso de historia social llamado “Jornadas por el Bicentenario: Construcción histórica de la mentira tricolor” y usted fue invitado, fue justamente por estos reconocimientos de la ocultada historia del anarquismo tanto por historiadores de Izquierda como por conservadores, congreso que el señor Salazar no asistió por compromisos con la lucrativa empresa educacional Universidad Bolivariana, a sabiendas que era una actividad autogestionada y realizada en una facultad en toma y movilizada, movilizaciones que ahora ustedes visualizan porque es la oportunidad coyuntural ¿o no? Ahora me queda claro que se alinean en sus trincheras y opinan realmente de lo que desean, un gobierno de izquierda y la permanencia del estado como estructura de poder, lo de antes sólo fue un apego a la labor histórica e investigativa, bueno, de lo que viven no, pues bien, si poseen rigurosidad histórica no ensucien el concepto de anarquía bajo sus anhelos de análisis, es triste y decepcionante, por decir lo menos. Aunque también nos queda claro ya quienes son, lo sospechábamos, pero ya queda claro.
“La anarquía es la máxima expresión del orden”
Elisee Reclus
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